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  Movimientos
 


Movimientos


El momento de máximo movimiento en otoño depende de las condiciones meteorológicas y de la disponibilidad de alimento en cada zona de paso migratorio, pues una fracción importante de la población occidental de grullas tiende a permanecer en las localidades de paso migratorio tanto tiempo como las condiciones de habitabilidad (tranquilidad y seguridad de los dormideros, disponibilidad de alimento, etc.) se lo permitan. No obstante, se puede acotar el período entre mediados de octubre y principios de diciembre como el plazo durante el cual la mayor parte de las grullas viajan hacia las zonas de invernada (Fernández-Cruz et al., 1981). Las rutas que utilizan están influidas por la localización de los lugares adecuados para las paradas intermedias. Suelen atravesar los Pirineos por Navarra y Aragón principalmente, descansando en lugares como el Embalse de la Sotonera en Huesca o alcanzando la Laguna de Gallocanta. Una descripción detallada de los lugares de paso migratorio e invernada puede encontrarse en Fernández-Cruz et al., (1981) y en Alonso et al., (1990b; 1995).

En primavera, el tiempo de permanencia en las zonas de paso migratorio es independiente de la cantidad de alimento disponible y son las condiciones meteorológicas las que suelen frenar a las grullas o favorecer que prosigan su viaje (Alonso et al., 1990a; Alonso et al., 1990c). En primavera una Grulla permanece de 5 a 8 días en Gallocanta durante la migración prenupcial, seleccionando los días en los que las condiciones meteorológicas facilitan la continuación del viaje migratorio. Las salidas desde esta zona de invernada y paso migratorio se producen entre las 0900 y las 1200 horas, adelantando el viaje si la temperatura del aire favorece la formación de térmicas a horas tempranas (Alonso et al., 1990a). Camino de los Pirineos, pueden detenerse en el embalse de la Sotonera (Huesca) y en una serie de pequeñas albercas y embalses periféricos como el pantano de Valdabra, las últimas escalas antes de canalizar su paso migratorio por los valles de Ansó, Hecho o Roncal (Muñoz-Pulido, 1989).

Mediante la captura y radiomarcaje de grullas adultas y jóvenes en España se ha podido establecer de manera preliminar que la Grulla Común retorna al mismo lugar de invernada cada año (Alonso y Alonso, 1999). Existen abundantes registros de grullas que migran utilizando unas pocas localidades de paso en las dos migraciones, pero gracias al marcaje que se está realizando desde hace varios años en varios países de Europa, se puede identificar que algunas grullas utilizan rutas secundarias en su migración (Alonso, 1998). Una Grulla nacida en Suecia en 1993 visitó las lagunas de Villafáfila y continuó hacia el sur cerca de la frontera con Portugal, una ruta que solamente unos cientos de grullas todavía utilizan para la migración. Esta Grulla fue vista en la misma ruta migratoria los dos años siguientes. Los emparejamientos de las grullas podrían provocar un cambio de la ruta migratoria, pero aun se desconoce el mecanismo de decisión por el cual un miembro de la pareja adopta la ruta migratoria de su pareja (Alonso, 1998).  

Grullas marcadas en Alemania llegan a Gallocanta después de un viaje de 3 – 28 días, donde permanecen 1 – 44 días. Algunas familias permanecen allí todo el invierno, pero la mayoría se dispersan por al menos 13 áreas de invernada. La fidelidad al sitio de invernada está más marcada en adultos que en inmaduros. La mayoría de las grullas de Alemania pasan el invierno en el sudoeste español y una pequeña fracción en Francia. Algunos inmaduros permanecen en Francia en su segundo o tercer año después de haber pasado su primer invierno en España con sus padres, lo que sugiere que los subadultos han contribuido más que los adultos al incremento hacia el norte en las áreas de invernada que se ha observado en las últimas décadas (Alonso et al., 2008).


Biología de la reproducción:
La Grulla Común
es una especie monógama con un período juvenil relativamente largo en comparación con otras especies de aves. Actualmente no nidifica en España, aunque sí lo hizo en el pasado, registrándose hasta 1954 su reproducción en escaso número en la laguna de La Janda (Cádiz). En sus zonas de cría del norte de Europa deposita los huevos en el suelo, en un nido construido en zonas pantanosas y turberas. La época de cría dura desde abril a junio. Realiza una puesta de dos huevos (excepcionalmente 3) de los que suelen sobrevivir uno o dos pollos (excepcionalmente 3), que serán atendidos por los dos progenitores hasta que se independicen durante el siguiente año.

El éxito de cría se puede estimar en España observando los bandos de grullas y calculando el porcentaje de aves que son jóvenes. Aunque este porcentaje fluctúa de año en año, se ha propuesto que puede estar cerca del 13% (Alonso y Alonso, 1987; Alonso et al., 1990).

Las grullas en su primer año de vida son protegidas por sus progenitores de posibles situaciones de peligro cuando se encuentran aisladas y de las interferencias con otras grullas cuando se encuentran en grandes bandos. Como en la mayoría de las especies con cuidado parental, en Gallocanta las grullas adultas con jóvenes a su cargo incrementan el tiempo que dedican a la vigilancia (Alonso y Alonso, 1993). Quizás para compensar el tiempo dedicado a vigilar o quizás para asegurar que los jóvenes ingieren alimento en cantidad y calidad suficientes, las grullas en Gallocanta suelen alargar ligeramente la jornada de alimentación, obteniendo al final del día una cantidad similar de alimento que los adultos sin jóvenes a su cargo (Alonso et al., en revisión). Un reciente trabajo realizado en Extremadura no confirma este patrón (Avilés, 2003). La explicación podría ser que en las zonas clásicas de invernada de la Grulla en España existe una cantidad y variedad de alimento superior a las nuevas áreas situadas al norte, como Gallocanta. Por este motivo, las grullas con jóvenes a su cargo pueden dispersarse en grupos familiares (se reduce la interferencia con otras grullas) sin que el mayor tiempo dedicado a la vigilancia implique una pérdida notable de alimento ingerido al final del día (Avilés, 1999, 2003). Además, es posible que la dieta de las grullas con jóvenes sea diferente a la dieta de las grullas no reproductoras en Extremadura (Avilés et al., 2002).

En Extremadura las grullas con jóvenes sí tuvieron que implicarse en más disputas agresivas que las grullas no reproductoras cuando se producían grandes aglomeraciones de aves, al igual que en Gallocanta. Los jóvenes suelen permanecer ajenos a estos problemas, y dedican menos tiempo a la vigilancia que sus progenitores o que las grullas no reproductoras.

 
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