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  Interacciones
 


Interacciones con otras especies



 

No tienen interacciones importantes con otras especies al ser una especie de gran tamaño y de dieta vegetariana durante la mayor parte del tiempo.
El carácter gregario de la grulla, así como su comportamiento esquivo y costumbre de utilizar zonas encharcadas para descansar durante la noche en el invierno, aumenta la dificultad de ser sorprendida por un depredador. No tiene depredadores especializados, aunque en ocasiones sufre ataques de grandes rapaces (Aguila Real, Muñoz-Pulidoet al., 1993) o incursiones en los dormideros por depredadores oportunistas (jabalíes, zorros).
La presencia de buitres sobrevolando provoca gritos de alerta y disminución de las distancias entre las grullas cuando estas se encuentran en tierra, formando un bando denso y estando alerta. Cuando la presencia de un buitre ocurre mientras las grullas están en vuelo, se pueden producir ascensos aprovechando las condiciones de la atmósfera para situarse a mayor altura que los buitres.
 
 
Las grullas adultas vigilan más en grupos localizados en dehesas cultivadas con cereal, lo que podría deberse a prevenir ataques de depredadores aéreos y/o encuentros agresivos con otros individuos (Avilés y Bednekoff, 2007).1
El único estudio detallado de las respuestas de las grullas a predadores potenciales que se ha realizado en España fue ejecutado por Jesús M. Avilés et al. (1998) en la Serena , zona clásica de invernada en Extremadura. Los autores de este estudio registraron entre 1994 y 1996 veinte encuentros de grullas con varios animales, fuesen o no depredadores potenciales. Los resultados se muestran en la Tabla 1.
Tabla 1. Tipo de respuesta a la presencia de otras especies (Aviléset al., 1998)

  Vuelo Reagrupamiento en el suelo Sin respuesta
Águila Real 6 1 1
Águila Perdicera 1 0 0
Buitre Leonado 0 1 1
Ratonero 1 0 1
Milano Real 0 0 4
Cuervo 0 1 1
Zorro 0 1 0



Estos resultados confirmarían que las grullas identifican al Águila Real como su principal depredador en las zonas de invernada, al menos durante el día. La presencia del Buitre Leonado provocó el reagrupamiento de las grullas en un bando denso en el suelo, a diferencia de las explicaciones de Muñoz-Pulido y colaboradores (Muñoz-Pulido et al., 1993) que sugieren que la respuesta que provocan los buitres es el vuelo a gran altura. Las condiciones iniciales deben ser causa de esta aparente contradicción y, dependiendo de la situación en que se encuentren las grullas, puede ser más adecuado agruparse en el suelo o incrementar la altura de vuelo. Con los datos disponibles no es posible determinar cual de los dos comportamientos es el preferido por las grullas.
 
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